viernes, 9 de mayo de 2008

Ajusticiar no es hacer justicia

Publicado en el nuevo herald http://www.elnuevoherald.com/noticias/america_latina/cuba/story/204120.html

En este lado de la orilla donde radica la parte más radical, y la más contemplativa, del exilio, las opiniones acerca de lo que se debe hacer con los seguidores del régimen castrista cuando este caiga son disímiles, pero se mueven dentro de un rango de perdón total o encarcelamiento, sin faltar los que quisieran linchar a los que le hicieron la vida un yogurt en Cuba. Si analizamos la situación y estamos todos de acuerdo en que el crimen mayor del castrismo ha sido la separación y división de la familia y su clasificación en seguidores o detractores, tenemos que llegar a la conclusión de que, en una misma familia, padres, hermanos, hijos, esposos y toda la gama familiar sufre dicha separación, pero no debemos olvidar que, en la mayoría de los casos, la separación es sólo ideológica pero no real. Los ejemplos de padres dirigentes en Cuba que se comunican con sus hijos en el exilio son numerosísimos y no creo que ningún cubano se haya podido salvar de esa dicotomía y mucho menos creo que ninguno de los dos, aunque en diferentes orillas geográficas o ideológicas, quiera encarcelar, maltratar o linchar a un familiar por muy seguidor que éste haya sido del régimen, así como tampoco puedo creer que algún residente de la isla se alegre de que a un primo se lo hayan comido los tiburones en el Estrecho de la Florida.
Ajusticiar no es hacer justicia y, los que pensamos que la familia es la espina dorsal de la sociedad y la democracia, independientemente de cualquier religión que profesemos, no podemos pedir venganza ciega pues los que estaríamos ''ajusticiando'' sería nuestra propia familia y estaríamos ''terminándole el trabajo'' de aniquilamiento social que un 1 de enero de 1959 comenzó un régimen que se vanagloria de tener principios y que nosotros nos encargaríamos de no darles final.
Alexander Domínguez
Por e-mail

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